sábado, 25 de julio de 2009

MAROCHOS POPULARES
D. JUAN VELASCO

No soy yo quien para juzgar la capacidad profesional de un doctor en medicina. Pero ni tampoco lo pretendo. Lo que sí intento es realzar la pretérita labor de este hombre que fue medico titular de esta villa durante muchos años y lo considero acreedor a las páginas de “Ecos de Flores” por su constancia en el trabajo.
Apenas tuve uso de razón empecé a ver a don Juan por las calles de Encinasola un día y otro también, en verano como en invierno. Con un gran amor a la profesión, de la que hizo un culto, no faltó ni un solo día a su obligación. Hombre de vida austera, sin vicios ni aficiones congénitas, sólo salía de su casa para el cumplimiento profesional. Su andar era pausado al igual que su palabra. Era inalterable su corrección, lo mismo que su estado de ánimo, durante el tiempo que le conocí, que fueron muchos años y nunca vislumbré en él una irritabilidad o incorrección. Le oí decir muchas veces que así era, que no se acostaba nunca en Nochebuena, que la pasaba de guardia voluntaria, por si necesitaban sus servicios, que por aquellos años era frecuente tener que asistir a algún herido en riña o caída, o algún ataque de alcoholismo agudo.

Solía, en verano, llevar una sombrilla para defenderse de los rigores del sol, así como en invierno el infaltable paraguas para la lluvia. Su vida profesional era cronometrada según la estación del año. Indefectiblemente solía salir a una hora fija, con pocos minutos de diferencia de un día a otro. Para escribir los recetarios llevaba unas lentes de la época, que guardaba en el bolsillo de arriba de la americana.

Cuando fui alcalde de esta villa propuse a la corporación municipal la rotulación de una de las principales calles del pueblo, que antes era Trinidad y hoy es Juan Velasco.

Murió en los primeros balbuceos del Movimiento Nacional, más exactamente el 24 de agosto del año 1936. No pudo Encinasola rendirle el merecido tributo a que era acreedor, ya que en esa fecha el pueblo, entero o casi entero, se encontraba en Barrancos.

Descanse en paz quien fue modelo de medico rural.

Ecos de Flores, núm.140, 15 agosto 1965

1 comentario:

Carmen dijo...

Aquellos médicos de antaño si que ejercían su profesión por verdadera vocación, es una pena que la mayoría de los de hoy lo hagan por el interés personal y económico.
Un abrazo.
M.Carmen