lunes, 5 de enero de 2009

LOS CASAMIENTOS Y LA CURIOSIDAD

Hasta hace unos 20 años no han despertado curiosidad los casamientos en Encinasola. Pasaban inadvertidos otras veces hasta el punto de que ya no solo las calles, por las que pasaba el cortejo, se encontraban desiertas sino inclusive las puertas.
Hoy, un casamiento, constituye un verdadero acontecimiento. Son pocas las personas que se sustraen a ver pasar los contrayentes y su acompañamiento. Se paralizan las ventas en los comercios, panaderías y plaza de abastos, en tanto no sube y baja el cortejo y se interna en el domicilio, en donde ha de celebrarse el refresco.

No pasaba así antiguamente. Yo mismo, ejercitando la profesión de pintura, sentía venir hacia el sitio donde me encontraba un casamiento, denotado por el ruido de las pisadas de los acompañantes, y ni siquiera se me ocurría bajar de la escalera para presenciar el desfile. Ahora, en viendo gente aglomerada en las esquinas, no hay que preguntar lo que pasa, sino decir: Boda tenemos.

Otras veces solo se veían estas aglomeraciones los días de procesiones, Semana Santa, Flores. Rocamador. etc., etc.….Hoy los casamientos vienen a equipararse a las aglomeraciones en las esquinas, de las que otras veces eran causa las procesiones que anteriormente cito. Ni aun cuando los contrayentes pertenecían a las clases elevadas de la sociedad marocha, eran objeto de curiosidad, ya que la mayor parte de los casamientos de familias distinguidas solían celebrarse en el propio domicilio de uno de los contrayentes, y se verificaba por la noche, yendo el párroco a casarles a su propia casa.

Creo sinceramente que este afán de ver pasar las bodas, sobre todo en la gente joven, representa un favor del comercio de la villa, pues se establece un pugilato entre las mocitas casaderas, por ver cual es la que va mejor ataviada a la ceremonia matrimonial no solo en indumentaria, sino en tocado, peinado y hasta en el ramo de flores, símbolo de la pureza.

Ahora bien, por la gente aglomerada en las esquinas, se deduce la categoría social y económica de los desposados. Si la gente acumulada en las esquinas es poco numerosa el casamiento es modesto; si la gente afluye por las bocas calles y las esquinas se ven abarrotadas, no hay que preguntar, se ha casado un rico.

Ecos de Flores, núm. 100, 15 diciembre 1963

1 comentario:

Carmen dijo...

Como han cambiado estas cosas desde la descripción que hace Candelario.
Saludos.
Carmen