jueves, 30 de octubre de 2008

EL DIA DE ÁNIMAS Y LA MENDICIDAD

C
uando hace unos días, exactamente el día dos del pasado mes de noviembre, vi un reducido grupo de ancianas, que en total sumarian 4 y otros 3 ó 4 chiquillos, que no se resignaban a pasar sin pedir limosna, como fue tradición en nuestro pueblo desde tiempo inmemorial, consideré extinguida la mendicidad en nuestra villa.
Durante los años que trabajé en la pintura, siempre que legaba el sábado, en cualquier estación del año, veía el grupo de pobres = así se les denominaba entonces = formado por ancianos y ancianas, que tenían que ir trabajosamente a las casas pudientes, implorando la caridad.
Me habían inspirado conmiseración siempre que los veía ateridos de frío en invierno o soportando el sol en verano en las puertas, en tanto llegaban a darle la limosna. Los conté muchas veces y no variaba el número; solían ser 13 ò 14 según las bajas, que se originaban con frecuencia, dada la avanzada edad de los componentes del grupo.
Me había hecho el propósito de que, si alguna vez llegaba ser miembro de la gestora del Ayuntamiento, propondría a la gestora extinguir este deprimente cuadro. Les había preguntado muchas veces cuanto recaudaban y siempre coincidían en una cantidad que oscilaba entre los 0,80 ó 0,85 ptas., suma insignificante para el presupuesto a la sazón. Fui alcalde presidente de esta villa y en seguida puse en práctica el proyecto. Fue contraproducente; lejos de terminar con la mendicidad, la fomenté.
El primer sábado, cuando salio el alguacil, había efectivamente 13 pobres a quienes socorrer, el segundo había 16 y así sucesivamente se aumentaba el numero, hasta que hubo que reducir el socorro a 0,40 ptas., cantidad insignificante y eso que en aquella fecha se podía comprar un pan con la cantidad mencionada.
Cuando el día 2 de noviembre vi el grupo, en total de 7 u 8 pobres recordaba aquella legión de otras veces, que tenían, que ir en tres o cuatro cuadrillas para no alarmar demasiado a los donantes, consideré extinguida la mendicidad en Encinasola.

1 comentario:

Caren dijo...

Es curiosa la reacción de las personas ante las ayudas del alcalde, a veces es difícil ser justo.
Un abrazo
M.Carmen