miércoles, 22 de octubre de 2008

EL VENCEJO

Creo sinceramente que desde la creación del mundo o, por lo menos, desde que Noé salvó en su gigantesca arca una pareja de cada especie para su procreación, existe el vencejo, la golondrina y el avión, aves similares en el plumaje y forma de vida.

Todos los aquí mencionados son pájaros de entrada, si bien la golondrina es la que se anticipa unos días antes que los otros. Pero he aquí un caso singular, observado por mí, con el vencejo. Este pájaro no se veía en mi niñez por el pueblo como se ve ahora ni anidaba, como en la actualidad, debajo del alero de cualquier tejado. Los primeros vencejos que vi, recuerdo que fue en el puente de la ribera, que pasamos para ir a al Contienda. Los confundí con las golondrinas, hasta que me fijé que no eran éstas. En cambio la golondrina y el avión existen entre nosotros desde tiempo inmemorial. Por el año 85 ó 90 del pasado siglo vivó aquí un cura párroco, que se conocía con el nombre del “Batallante”. El sobrenombre le venía - según oí contar en mi niñez - de que cuando algún feligrés necesitaba algo de su profesión o ministerio siempre tenía o hacía la misma pregunta: ¿Qué traes batalloncito? De ahí que se conoció siempre entre nosotros por el cura batallante. Saco a colación este sacerdote, porque creo que era un gran tirador y que en las tardes veraniegas su mayor distracción consistía en tirar a los aviones, y eran victimas del certero disparo a pesar del raudo vuelo y gran altura que alcanzan estas aves.

De las citadas aves la más familiar y domestica sin duda alguna la golondrina, ya que anida en nuestro propio domicilio, donde entra y sale sin que le causemos la menor extrañeza. El vencejo en este aspecto es igual o un poco menos que aquella, toda vez que se limita a anidar en las fachadas de nuestras casas; no penetra en ellas.

Estos años se ven más nidos de vencejos que en años anteriores y es debido a que los niños se van acostumbrando a ver los nidos debajo de los aleros de los tejados y no los destruyen como en años anteriores con los tiradores. De todas las aves que menciono en esta ornitológica crónica el menos humanizado es el avión y observo que este pájaro no va nunca en pareja y sí en grupos o bandadas de 15 ó 20. Tal vez porque tiene que anidar en torres o castillos de gran altura, no tiene como el otro estas cualidades domésticas de la golondrina y el vencejo. Tiene las patas tan cortas que, si cae al suelo, no puede remontar nuevamente el vuelo. Esto lo he visto varias veces. Cuando de pequeño se entraba en el campanario por la puerta que hace unos años se cerró, subí a coger algunos nidos en la torre.

Ecos de Flores, núm., 01 julio 1965

1 comentario:

Caren dijo...

´Muy interesante la diferenciación que hace Candelario del vencejo, las golondrinas y los aviones.
Un abrazo.
Carmen